Paco Ureña, autenticidad sin premio en Bilbao
Su mejor versión se vio en el cuarto, amplio y serio, que sin embargo tampoco terminó de romper. Ureña lo templó con muletazos firmes y largos, abierto el compás, en una labor de autenticidad y pureza que alcanzó momentos de gran torería. Entró en los terrenos del toro con autoridad y lo mató de estocada casi entera. Fue ovacionado. Su paso por Bilbao volvió a dejar el sello de su gallardía, aunque sin el premio grande.