Pablo Aguado: clasicismo y eficacia

 


El tercero, falto de ritmo y entrega, exigió pulso y colocación. Aguado lo llevó siempre en la media distancia, extrayendo lo mejor por el pitón derecho con su sello clásico. La estocada fue fulminante y las dos orejas, de ley. El sexto, mermado tras partirse un pitón contra el burladero, no ofreció opción alguna y dejó al sevillano sin lucimiento posible.

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