Morenito de Aranda acaricia el triunfo grande en la Goyesca Azul de Bayona pero la espada le cierra la puerta
La Goyesca Azul de Bayona volvió a demostrar por qué es uno de los grandes hitos de la temporada taurina francesa. Con una seria y brava corrida de Zacarías Moreno, la terna formada por Morenito de Aranda, Juan Ortega y David de Miranda ofreció una tarde cargada de emoción en la que el burgalés se erigió en gran protagonista, aunque perdió un triunfo rotundo con la espada. Ortega no tuvo lote y apenas pudo mostrar destellos de su torería, mientras que De Miranda, en sustitución de Roca Rey, dejó una de las imágenes más valientes y auténticas de la tarde.
Morenito de Aranda: torería y verdad con la espada como condena
Morenito de Aranda firmó en Bayona una de esas tardes que consolidan la categoría de un torero. Con el primero de su lote, un toro pronto y bravo en varas pero que se vino pronto a menos, dejó ver su oficio, estirando embestidas cortas por el derecho y aguantando la dificultad del pitón izquierdo, donde el toro se le coló con genio. Saludó desde el tercio tras estocada entera y un aviso.
El cénit de la tarde llegó con el cuarto, un toro fuerte y hondo que empujó con bravura en dos varas. Morenito lo entendió a la perfección desde los doblones iniciales hasta una faena rotunda por ambos pitones, primero con mando y largura por la derecha y después con temple exquisito al natural. El final por redondos puso al público en pie. Solo la espada, con dos pinchazos antes de la estocada definitiva, le privó de cortar las dos orejas que se pidieron con fuerza. El torero, consciente de la importancia de lo vivido, dio dos vueltas al ruedo entre clamor, dejando la sensación de haber escrito una página de oro en su carrera.
Juan Ortega: torería sin opción
El sevillano tuvo un paso gris por Bayona, no por su actitud, sino por la condición de sus oponentes. Con el segundo, bajo y de buen son, dejó lances de mucha clase a la verónica y un quite por chicuelinas garboso que recordaron la pureza de su concepto. El toro, sin embargo, perdió fuelle en la muleta, y Ortega apenas pudo aprovechar media docena de embestidas de calidad. Saludó una ovación tras matarlo de media y descabello.
El quinto fue un toro más serio y ofensivo que embistió con bravura en el caballo pero sin romper nunca de verdad. Ortega trató de sacar lo que escondía, muletazo a muletazo, pero la faena careció de continuidad y emoción. Mató de estocada baja y fue silenciado. La torería estuvo, como siempre, en su figura, pero sin toro que acompañara.
David de Miranda: valor seco y autenticidad
La sustitución de Roca Rey en Bayona cayó en manos de David de Miranda, que demostró por qué atraviesa uno de los momentos más importantes de su carrera. Al tercero, toro bravo de salida pero que se inutilizó tras una vuelta de campana en los primeros compases de faena, lo trató con buen criterio, abreviando sin forzar y recibiendo palmas.
El gran momento llegó con el sexto, el toro más exigente del encierro, bravo y con poder. De Miranda se plantó con una firmeza impresionante, aguantando miradas y parones, quedándose quieto como un poste cuando el animal se revolvía en los tobillos. Fue una faena de valor auténtico, de dejarse todo en la arena. Pinchó antes de la estocada y perdió una oreja que ya estaba en las manos, pero la plaza lo premió con una vuelta al ruedo muy aclamada.
Una corrida de gran seriedad
La corrida de Zacarías Moreno mantuvo la seriedad y el cuajo en todos sus ejemplares, siendo brava en el caballo y exigente en la muleta. Algunos toros se vinieron abajo por los esfuerzos, pero dejaron momentos de gran emoción en el ruedo.
La Goyesca Azul de 2025 dejó el triunfo moral en manos de Morenito de Aranda, que rozó la gloria con una de sus faenas más importantes de los últimos años. David de Miranda salió reforzado de su sustitución con una tarde de gran entrega y verdad, mientras que Juan Ortega no encontró lote propicio para mostrar su concepto. Bayona volvió a vibrar con una corrida de toros auténtica, de las que dejan huella en la temporada.