Morante en Azpeitia (31/07/2025)
Morante de la Puebla volvió a dejar claro que su toreo es una cuestión de entrega, sensibilidad y fidelidad a su arte, incluso cuando los toros no acompañan. Su lote, de El Vellosino, careció de fondo y clase, pero el maestro no renunció nunca a buscar la belleza.
Con el primero, un toro noble pero sin clase ni fuerza, Morante se mostró muy dispuesto desde el principio. Con pulcritud y torería, dejó pasajes de gran estética aunque sin posibilidad de mayor lucimiento. Estuvo certero con la espada. Silencio.
Con el cuarto, brindado al presidente de la Comisión Taurina, Joxín Iriarte, desplegó su particular tauromaquia. El toro tuvo más fijeza pero también pedía precisión. Morante respondió con suavidad, con arte, y con naturales de mucho peso. Los remates fueron de cartel. Falló con la espada, y se esfumó la oreja. Ovación con saludos.
Balance final: Sin trofeos, pero dejando detalles de su genialidad, Morante fue torero de verdad, fiel a sí mismo, y engrandeciendo la tarde a pesar de no tener el lote adecuado para el triunfo numérico.
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