Ignacio Candelas, firmeza y clase al natural que pide repetición

 

La actuación de Ignacio Candelas en Las Ventas no dejó indiferente a nadie. El madrileño cuajó su tarde más redonda hasta la fecha en el coso más exigente del mundo, gracias a una faena muy templada y personal frente al sexto novillo, el mejor del encierro de Los Maños.

Candelas firmó un trasteo muy asentado, especialmente al natural, donde bajó la mano y llevó cosido al utrero con un pulso de categoría. Siempre en su sitio, preciso en la distancia y buscando la ligazón, el joven novillero sacó a relucir un concepto clásico y profundo. La faena fue creciendo y emocionó al tendido, que reconoció el mérito pese a que la espada —y el descabello— le arrebataron una oreja segura. Saludó una ovación tras aviso.


En su primer turno, con un novillo de mayor movilidad pero más exigente, demostró también entrega y firmeza. Fue arrollado al ponerlo al caballo y luego volteado con violencia tras un pinchazo al entrar a matar. Se repuso con entereza y saludó una ovación antes de pasar por su propio pie a la enfermería.

Con esta actuación, Ignacio Candelas se ganó el derecho a repetir en Madrid. Dejó aroma de torero grande, y aunque no tocó pelo, su paso por Las Ventas no pasó desapercibido.



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