David de Miranda arrasa en Almería con tres orejas; Juan Ortega deja sabor y Fortes se topa con un lote imposible

 


La corrida de Álvaro Núñez —con un sobrero de Vellosino en primer lugar— marcó la tarde en Almería, donde David de Miranda, sustituto de Morante de la Puebla, se convirtió en el gran protagonista con tres orejas en una actuación de valor y entrega. Juan Ortega dejó destellos de torería con el segundo y un sobrero sin opciones en quinto lugar, mientras que Fortes firmó una faena de mucho peso al primero pero se estrelló con la falta de raza de su segundo.

Fortes, torería frente a la nada

El malagueño se enfrentó al primero, del Vellosino, un toro de poca entrega pero al que supo cuidar en un trasteo de mucha torería. Muy asentado desde el inicio, ligó tandas con la derecha y firmó naturales de gran pureza, vertical y componiendo la figura. La faena subió de tono con un final de ayudados por alto, naturales y trincherazo que llegó al tendido. La espada hizo guardia y tras descabellar escuchó un aviso.
Con el cuarto, toro sin raza ni transmisión, poco pudo hacer más allá de mostrar su disposición y entrega. Mató de estocada al segundo intento y fue ovacionado.

Juan Ortega, torería sin premio


El sevillano dejó pasajes de mucho sabor frente al segundo. Lo recibió con verónicas de gran empaque y firmó un inicio de faena elegante con ayudados por alto y doblones con la rodilla en tierra. El toro, pronto y con humillación, exigía limpieza, y Ortega encontró su mejor versión por el pitón derecho, ligando muletazos largos y templados. Estocada entera, falló con el descabello, y pese a la petición mayoritaria el presidente le negó la oreja. Ovación.
Con el quinto, devuelto por su falta de fuerzas, salió un sobrero de Álvaro Núñez aún más deslucido, sin raza ni celo. Ortega apenas pudo abreviar en un trasteo sin opción alguna.

David de Miranda, rotundidad y exposición


El onubense justificó con creces su presencia en el cartel. Con el tercero, de Álvaro Núñez, firmó una faena de gran intensidad desde el inicio de rodillas en los medios. Ante un toro manso y de poca transmisión, Miranda suplió las carencias con valor, firmeza y un toreo de cercanía que puso al público en pie. Las bernadinas finales y una estocada en buen sitio le valieron dos orejas.
Con el sexto, otro animal venido a menos, volvió a mostrar disposición y entrega. Tras un inicio por estatuarios y pasajes de buen trazo, subió el tono con mondeñinas que encendieron al tendido. Mató de estocada fulminante y cortó una oreja con leve petición de la segunda, cerrando su tarde con tres orejas y un triunfo de peso.



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