Borja Jiménez en San sebastían

 


Borja Jiménez fue la nota distintiva de la tarde. La corrida de Vellosino exigía correr el riesgo y él no rehuyó. Desde el segundo toro hasta el quinto, su enfoque fue de valentía y mando:

  • Con el segundo, largo de hechuras y flojo, sufrió la flojedad del animal, al que no pudo exigir más. Pese a ello, venció la dificultad y logró una estocada entera digna, ganándose una ovación.


  • Frente al quinto, el mejor toro de la corrida en fondo, puso al límite su muleta, especialmente por la mano derecha —el mejor pitón del toro—. Las series destilaron mando, ligazón y decisión. El público reconoció la faena, aunque el palco no premió la obra y solo concedió una ovación, acompañada de aviso.


En resumen: Borja Jiménez se volvió a manifestar con poder, temple y criterio frente al animal más agradecido del encierro, en una tarde donde la ficha oficial se mostró fría e incompleta frente al mérito real del toreo desplegado

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