Marco Pérez: entrega joven, inteligencia torera y dos orejas con peso

 


En la tarde en la que debutó como matador en la plaza de Cuatro Caminos, Marco Pérez dejó algo más que destellos de su talento precoz: dejar madurez, serenidad y fondo torero . Su lote, desigual en presencia y comportamiento, le permitió mostrar tanto su capacidad técnica como su personalidad artística. Cortó una oreja de cada toro , y dejó claro que no vino a aprender, sino a competir.

Tercer toro – Puerto de San Lorenzo De poca presencia y protestado por el público, el tercero fue el más ingrato del encierro. Manso, sin celo y saliendo suelto en cada embroque, apenas permitió lucimiento. Aun así, Marco Pérez no se vino abajo. Lo esperó, lo sobó, lo colocado y le robó muletazos con intención, templanza y firmeza . No hubo ligazón, pero sí aguante. Tras una estocada efectiva, cortó una oreja de ley , muy valorada por la afición por la forma de sobreponerse a la condición del toro.

Sexto toro – Álvaro Núñez El sexto, acodado de pitones, tampoco fue fácil. Toro desrazado, sin clase, que embistió sin entrega. Marco, con cabeza fría, empezó dando todas las ventajas, enseñándole a embestir, alargando los viajes con la muleta siempre puesta y bajando poco a poco la mano. Lo fue puliendo hasta conseguir series limpias y ajustadas, y cuando ya no quedaba más, remató por manoletinas de gran ajuste. Estocada al segundo intento , y esta vez el presidente sí atendió la petición mayoritaria. Oreja y puerta grande compartida .

Marco Pérez se confirma como una realidad ilusionante del toreo. Tiene capacidad, templanza, valor y cabeza. La plaza de Santander fue testigo de su primer gran triunfo como matador, y responde con firmeza a las expectativas que pesan sobre él. Toreó con inteligencia, con emoción y, sobre todo, con verdad.

Entradas populares