Descansa en paz maestro de maestros...
Pepe Luis Vázquez hijo (1957–2024): el arte sereno que resistió al tiempo
José Luis Vázquez Silva (Sevilla, 9 de junio de 1957 – Carmona, 26 de julio de 2024) fue un torero de cuna histórica y temple natural, heredero del concepto más clásico de la escuela sevillana y continuador directo de la dinastía iniciada por su padre, el mítico Pepe Luis Vázquez Garcés.
Orígenes y alternativas
Criado entre encastes y figuras, debutó con picadores en 1979 y tomó la alternativa el 19 de abril de 1981 en la Maestranza de Sevilla, de manos de su tío Manolo Vázquez , con Curro Romero de testigo, ante toros de Juan Pedro Domecq. Su confirmación en Las Ventas se produjo el mismo año, consolidando su compromiso con el arte clásico y la naturalidad en el toreo.
Una carrera de pureza más que de cantidad
Pepe Luis fue un torero de minorías que eligió la senda del gusto sobrio y la técnica reposada. No rivalizó con figuras contemporáneas; su ambición estaba en el valor del trazo, no en el número de festejos. A lo largo de los años 80, dejaron tardes monumentales en plazas como Sevilla, Huelva y Madrid, siendo su toreo siempre referencia de torería limpia y pureza silenciosa.
Su retirada oficial se produjo el 8 de septiembre de 2012 en Utrera, en un cartel junto a Morante de la Puebla y José Luis Cañaveral. No obstante, volvió puntual al ruedo cuando la ocasión lo pedía: regresó en 2017 en Illescas y toreó en Granada ese verano, aunque su última aparición con luces fue en un festival en Osuna en octubre de 2018, durante la alternativa de su sobrino Manolo Vázquez .
La lucha final: un torero de espíritu inquebrantable
En 2019 sufrió un ictus que paralizó parte de su cuerpo, dejándolo en un largo proceso de recuperación. Gracias a su templo, volvió lentamente a la vida taurina, participando en actos simbólicos y enseñando en la Escuela Taurina de Sevilla.
El 26 de julio de 2024 fue hallado muerto en su finca familiar en Carmona, víctima de un infarto cerebral fulminante o complicaciones derivadas del ictus anterior. Tenía 67 años. El mundo del toro, especialmente Sevilla, guardó un minuto de silencio en su honor y lloró la pérdida de quien siempre fue torero de palabra y sentimiento.
Legado de quietud y elegancia
Pepe Luis Vázquez hijo no fue un torero de grandes volúmenes, pero sí de gran hondura. Representaba la pureza y el buen gusto del toreo clásico sevillano. Creyó en el temple como norma, en la muleta como instrumento de comunicación y en la modestia como bandera. El que lo vio en su momento glorioso o en su regreso, guardará testimonio de un hombre que toreaba desde el alma, sin adornos ni estridencias.
Murió como vivió: sin aspavientos. Dejó un legado de quietud, raíz y nostalgia. Una figura imprescindible para entender el toreo que perdura en la memoria.