Cumbre de torería y bravura en La Línea: Emilio de Justo y David Galván, a hombros con los Victorinos




Emilio de Justo: dos orejas, oreja, dos orejas. Cinco orejas.

David Galván: oreja, dos orejas y rabo, oreja. Cuatro orejas y un rabo.

Toro a toro

1.º “Boliviano”-46

Emilio de Justo: Dos orejas Abría plaza un toro fino de hechuras, serio y bien hecho. De Justo lo saludó con verónicas templadas y un bastante precioso por chicuelinas. Ya con la muleta, el toro humilló con profundidad por ambos pitones, especialmente por el izquierdo. Emilio ligó tandas con hondura y pulso. Faena de pureza, sin aditivos. La estacada, perfecta. Comienzo rotundo: dos orejas .

2.º “Canastero”

David Galván: Oreja Un toro bizco del derecho, largo y bajo, al que Galván saludó con delantales de buen trazo. En un remate, el toro lo prendió de forma violenta, rompiéndole la taleguilla. Volvió con firmeza. La faena al natural fue de temple y aguante, corrigiendo con maestría las dificultades del toro. Pinchazo y descabello. Una oreja que supo a mucho.


3.º “Bastonero”-81

Emilio de Justo: Oreja Un toro serio, corto de manos y con fijeza. Embistió con verdad en el caballo. En la muleta, De Justo compuso una faena profunda, de toreo en línea recta, especialmente por naturales. Faena con mucha verdad y poco artificio. Falló a espadas, pero la estocada final fue suficiente. Oreja.

4.º “Bohonero”-35 ( Vuelta al ruedo)

David Galván: Dos orejas y rabo El gran toro de la tarde. De embestida lenta y profunda, Galván compuso una de las faenas más memorables de su carrera. Toreó con una suavidad desconmunal, dejando naturales interminables. Brindó a Ruiz Miguel ya su gente de San Fernando. Faena de inspiración, temple y verticalidad. Pinchó una vez antes de una estocada que bastó. El toro, premiado con la vuelta al ruedo . Dos orejas y rabo.

5.º “Alfajoreño”

Emilio de Justo: Dos orejas Más basto y con menos clase que sus hermanos, pero con gran exigencia. De Justo le construyó una faena de poder, muy firme por el derecho, con muletazos de trazo largo y colocación milimétrica. Se impuso desde el principio. Estocada certera, sin puntilla. Dos orejas.

 6.º “Platillero”-94

David Galván: Oreja

Toro con mucho que torear. Galván, aún tocado, se fue a por todas. Lo sometió desde el inicio, abriendo los caminos. Por el izquierdo se dio el toreo más largo y profundo. En el derecho, más complicaciones. Pinchó en el primer intento, descabelló luego, pero la obra ya estaba hecha. Oreja tras una tanda cumbre que levantó al público. 

 


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